El reciclado del
aluminio es un proceso complejo, en el que intervienen diversos factores. Tanto
sus canales de recuperación como sus aplicaciones y mercados presentan
múltiples posibilidades. De acuerdo con Jesús Vergara, arquitecto e ingeniero
industrial de Venezuela, el papel del recuperador se convierte en fundamental
ya que se encuentra en el centro del “ciclo” y colabora en forma decisiva para
darle el mejor uso posible a un material que puede ser reciclado prácticamente
en un 100%
El aluminio usado llega
principalmente por dos canales: de los desechos del consumo ya sea doméstico o
industrial (por ejemplo, cables eléctricos, planchas litográficas, latas de
bebidas, otros envases y embalajes, desguace de vehículos, derribos, etc.) y de
los recortes y virutas que se producen durante la fabricación de productos de
aluminio. Por lo tanto, para los recuperadores mayoristas, pueden haber
diferentes tipos de proveedores: la industria en general, fábricas, pequeños talleres,
plantas de selección, minoristas o mayoristas, poniéndose de manifiesto una
creciente internacionalización de este sector, comenta Jesús Vergara.
Existen muchos tipos de aluminio distintos que se
comercializa en el mercado de la recuperación en Venezuela, pero se pueden
agrupar básicamente en cuatro: los productos laminados (planchas de
construcción, planchas de imprentas, papel de aluminio, partes de carrocerías
de vehículos…), los extrusionados (perfiles para ventanas, piezas para
vehículos…), los aluminios moldeados ya sea por gravedad o por inyección
(piezas para motores, manubrios de las puertas, etc.) los trefilados para la
fabricación de cables y otros usos.
La industria también
clasifica el aluminio en primario, cuando se extrae de su mineral bauxita,
agrega Jesús Vergara y de segunda fusión, cuando su materia prima básica
son las chatarras y recortes de aluminio
provenientes de aluminio ya usado y de recortes de fabricación.
Se utiliza aquí el
término “chatarra” en sentido amplio, como desechos de productos metálicos ya
utilizados, conscientes de que el sector recuperador aplica principalmente este
término a los desechos de productos de hierro y acero.
El papel del recuperador en Venezuela
Una vez llega el
aluminio usado al recuperador, éste se encarga de darle la preparación óptima
para su comercialización. En el caso de los mayoristas, por ejemplo, tratan de
estandarizar la calidad del material
para el cumplimiento de las
normas nacionales e internacionales que existen en el sector. Para ello, el
comerciante de chatarras tiene que preparar el aluminio, separándolo de los
restos de otros metales y materialespor diversos métodos ( manualmente,
fragmentado, triturado, cizallado, etc..).
Es importante una buena
clasificación del aluminio, para poder darle la mejor salida posible. La
chatarra suele ser prensada, ya que de esta forma el transporte resulta mucho
más fácil. Tras estos necesarios procesos, se lleva el material a una
fundición, que puede darle el mismo uso de origen, o usarlo para fabricar otros
objetos.Después el fundidor o refinador lo convierte, mediante fusión, en
lingotes , tochos, productos de desoxidación…etc.
Como se ha comentado
antes, hay muchos tipos de aluminio recuperado, y cada calidad puede tener
salidas diferentes. Según la pureza del material, éste será utilizado para una
aplicación u otra. Dentro de los productos laminados, nos podemos encontrar,
por ejemplo, con las latas, que se pueden usar para fabricar aluminio refinado
para volver a hacer latas si son nuevas o han sido muy bien clasificadas a su
llegada al recuperador y otros productos de aluminio.
También, dentro de los
productos laminados, están lo recortes de fabricación de muy diversas
aleaciones, que pueden ser utilizados
ara fabricar lingotes de la misma o de
diferentes aleaciones.
El aluminio de chapas
litográficas y cables eléctricos, es un
aluminio muy puro por lo que su aplicación en el reciclado es bastante amplia,
utilizándose para la fabricación de aleaciones de alta pureza o, mediante mezcla,
para reducir los porcentajes de aleantes presentes en otras chatarras
recuperadas. Dada la versatilidad de utilización de estos materiales de alta
pureza, su precio es el más caro del mercado de la recuperación.
El aluminio “cárter”
procedente de llantas de coche, culatas, bloques o cárteres de motor, piezas de
fundición, etc., se destina a la fabricación de lingotes con destino a ser
fundidos y moldeados, siendo el porcentaje más alto de los lingotes que se
producen por las plantas de segunda fusión, aproximadamente un 70% del total de
su producción. Las mismas salidas tienen las virutas de aluminio, procedentes
del torneo de piezas fundidas.
Comercializar con
aluminio
A la hora de
comercializar con el aluminio, hay que tener en cuenta los factores que
influyen en su precio. A priori, el más cotizado será siempre el material más
puro, como es el caso del aluminio cable, que contiene un 99,7% de pureza, por lo que se puede destinar para cualquier
otro uso. Es decir, cuanto más puro es el material, más salidas puede obtener.
El precio está condicionado, además, por los diferentes materiales aleados que
contiene la chatarra. También una parte del aluminio recuperado, en efecto,
puede tener revestimientos, lacados, etc., con lo que su precio es más bajo por
el efecto de las mermas y por los sofisticados sistemas de filtrado de humos
que encarecen el reciclado. También hay que tener en cuenta que el aluminio
está sujeto a la cotización de la Bolsa de Metales de Londres o LME y del dólar
diariamente.
Este hecho condiciona
también el proceso del reciclaje, ya que cuando los precios caen se recupera
menos material. En cualquier caso, gracias a que cotiza en Bolsa (LME), el del
aluminio es un mercado abierto, por lo que los precios son los mismos en
cualquier parte del mundo. Eso sí, la ley de la oferta y la demanda, como en
cualquier otro sector, es la que dicta las pautas en cada momento.
El refinador
Las refinerías de
aluminio son el último eslabón de la cadena de reciclaje de este material.
Normalmente sus compras exceden las 10
toneladas, por lo que sus suministradores son siempre recuperadores mayoristas.
Cuando se ha llegado a un acuerdo de compra con ellos, se realizan análisis
generales de la materia prima para verificar sus características. Además,
cuando el material entra en la refinería, también se analizan muestras de cada
camión para evitar introducir en el horno sustancias no indicadas para el
proceso de producción de la refinería.
En estas instalaciones,
si funden latas de aluminio, por ejemplo, o cualquier otra chatarra
conrevestimiento, se produce la combustión de los mismos, siendo captados los
productos de la combustiónmediante unos filtros especiales por los que pasan
los humos y así evitar la contaminación atmosférica. Para fundir este tipo de
material se necesitan hornos especiales provistos de instalaciones de filtraje,
que normalmente son más costosas que el propio horno. El producto final de las
refinerías son los lingotes de aluminio, de medidas y aleación según la demanda
del cliente.
Comments
Post a Comment